¡Ahora más que nunca hay que apoyar a nuestra industria turística!
La sociedad mundial atraviesa por un escenario tan inédito como grave y complejo, la propagación generalizada del denominado coronavirus está haciendo tambalear gran parte de los postulados que hasta el momento han servido de soporte al conjunto de estamentos públicos y de organizaciones privadas.
Nos encontramos en plena vorágine de expansión versus contención de esta pandemia y es obvio que lo prioritario por encima de todo debe vinculado con la puesta en liza todas las medidas necesarias tendentes a preservar la salud de las personas.
Ahora bien, no es menos cierto que la situación sanitaria pasará, esperemos que más pronto que tarde y, sin embargo, nos quedará por delante un complejísimo panorama socioeconómico con la economía mundial en recesión que supondrá, tanto para lo público como lo privado, unas enormes dificultades para propiciar inversiones y, en consecuencia, para la recuperación del empleo perdido en este periodo de parálisis e incertidumbres.
El Archipiélago Canario tiene una densidad poblacional de las más altas de España y pasa por contar en las islas con mayor población entre los territorios más densos del planeta. Asimismo, por sus singularidades de Naturaleza, tranquilidad y especialmente de extraordinario clima, cuenta con unas condiciones únicas para el desarrollo de una actividad, el turismo, que tiene un crecimiento superior a la media del PIB mundial y según el informe de la organización empresarial World Travel & Tourism Council aporta uno de cada diez empleos y es responsable de uno de cada cinco nuevos puestos de trabajo creados en los últimos años.
La situación sanitaria pasará y nos quedará por delante un complejísimo panorama socioeconómico con la economía mundial en recesión.
Canarias tiene una gran fortaleza, dadas sus características, en esta enorme actividad económica del panorama mundial que representa el turismo pero también, por el contrario, cuenta con una gran debilidad que es su dependencia casi en exclusiva de la misma y dicha paradoja hoy por hoy no tiene solución aparente, porque al ser un territorio pequeño, fragmentado en islas, abrupto y alejado de la continentalidad, hace muy difícil el desarrollo de otras economías de escala. Por tanto, hay que poner en valor sobremanera el que contemos con una actividad económica muy potente a nivel mundial y que puede competir con cualquier otro territorio respecto a esta materia.
Sin embargo, independientemente de que en los últimos cinco años Canarias se ha dormido en los laureles haciendo ostentación de cifras históricas en ingreso de visitantes, de lo cual hablaremos en posteriores escritos, ello nos ha hecho perder perspectiva en relación a la necesidad de seguir mejorando en competitividad y modernización, en estos momentos lo que toca por encima de cualquier otra cuestión es hacer un llamamiento a todos, al sector público y al privado, para redoblar y aunar esfuerzos y evitar que el destino se caiga y con ello arrastre a una gran cantidad de empresas y consecuentemente de pérdida de puestos de trabajo no sólo de manera coyuntural, sino definitivamente.
La superación de este increíble estado de cero turístico en que nos encontramos en las islas debe pasar necesariamente por la inmediata implementación de un plan de emergencia instado por las Administraciones Públicas competentes y en sus distintos ámbitos europeo, estatal, autonómico, insular y municipal, de tal forma que entre otras medidas se abran líneas realistas y eficientes de financiación, se redoblen los incentivos a la inversión privada en modernización y renovación, se simplifiquen, esta vez de verdad, los procedimientos administrativos en la obtención de licencias y autorizaciones y, en suma, se pongan en marcha todas aquellas medidas encaminadas a reflotar e impulsar la dinamización de este vital sector económica para Canarias.
Por parte del sector privado turístico, estamos seguros que poco hay que decirle al respecto, dado que en su conjunto ha demostrado su implicación y apuesta por esta actividad y lo único que necesita para superar el gran socavón producido es la implicación decidida del sector público y con éste la complicidad del bancario.
Ahora más que nunca resulta imprescindible recuperar y redoblar esfuerzos y energías en torno al espíritu que hace unos pocos años vinculó al sector público y al privado, incluso a aquellos más excepticos, alrededor de un gran motivo que fue la modernización y dinamización del sector turístico en Canarias. Toca superar esta situación de grave crisis sanitaria y social y en ello se está trabajando, pero toca también trabajar desde ya en la recuperación de este vital sector de nuestra economía.
